Fallece el dibujante Luis del Olmo, creador de Pepín de Celes
El periodista de 99 años deja tras de sí 25.000 tiras del icónico personaje y miles de textos
ASI ESCRIBIA MI CRONICA ,CUANDO LO CONOCI
Es muchas cosas, periodista, escritor, pensador, pero ante todo y por encima de todo Luis Olmo, hoy estrella del Salón Internacional del Cómic Principado de Asturias, es «el que dibuja». Lo fue siempre, en el colegio, en la Escuela Universitaria, en casa y en la calle, con permiso y sin él. Y lo sigue siendo ahora, a muchas décadas del pupitre, con 85 cumplidos y su obra dando la vuelta al mundo. Por eso es un hombre feliz. «Me siento regalado por Dios», dice con 'Pepín de Celes', su principal hijo de papel sobre la mesa de trabajo. «Y me siento así», añade, «por poder hacer lo que siempre me ha gustado. Quise ser dibujante y aquí estoy con el pulso un poco torpe, pero vivo y manteniendo la mente en perfecto estado. Creo, incluso, que estoy mejor ahora que cuando era joven».
Olmo, que cada día salta a las páginas de EL COMERCIO en sus viñetas mudas, las mismas que han visto la luz en los cinco continentes, recordaba ayer y lo volverá a hacer hoy, cuando sus fieles le pregunten, que «más de una vez» fue reñido por hacer «lo que la gente llamaba garabatos» en lugar de atender a las explicaciones o estudiar.
«Ahora pienso con mucho cariño en un profesor que me llamó la atención durante una hora de estudio al ver que estaba dibujando. No se me olvidará nunca, me miró atentamente y me dijo: 'Podía usted dedicar su tiempo a eso (mirando los libros de matemáticas y de historia), que es lo que realmente le va a permitir vivir y no esos dibujos que tanto tiempo le roban'. Hoy seguro que él mismo se ríe de aquello».
Son muchas las anécdotas que pueblan, sobre todo con sus comienzos. Otra que destaca tiene nombre propio, «el profesor Nimbus». Así se llamaba el primer personaje que llevó de su mano a las páginas de la prensa en 'La Gaceta del Norte'. Pero lo curioso de esta creación es que era, como él mismo reconoce, «un auténtico plagio». Un plagio que se permitieron cometer «porque el mundo estaba en guerra y las fronteras cerradas. No había ningún peligro de que Francia, de donde era su autor, nos reclamara derecho alguno. Eso sí, en el 45, cuando todo acabó, decidimos olvidarnos de Nimbus y mirar en mi propia imaginación».
Fue así como saltó a las tiras diarias Pepín. «Hube de buscar en mi mesa de trabajo y rescaté de mi galería de personajes privados éste que era el más amable». Ese día nació públicamente el señor Celes, que hoy lleva 62 años de vida diaria en la prensa escrita. Su éxito, según el autor, tiene que ver con el hecho de que «es un hombre corriente que le suceden cosas que a todos nos pueden pasar. Tiene los defectillos y las virtudes comunes, de la gente corriente. De hecho muchas de las historias se han acabado convirtiendo en realidad entre algunos de mis amigos o entre amigos de ellos».
Medio centenar de seres
Pero Pepín de Celes no es el único personaje. Como las anécdotas son también muchos los personajes que están en la cartera de dibujante. Olmo ha dado vida a cerca de medio centenar de seres de papel. «En mi casa tengo un cuadro de familia en el que aparezco yo rodeado por todas mis creaciones y creo que son unos 45 o 50 personajes diferentes».
Pero Celes es, sin duda, el más popular. Lo es tanto que ha dado la vuelta al mundo, gracias también al hecho de que vive en el interior de tres o cuatro viñetas mudas que le convierten en un personaje multiparlante. «Habla el idioma universal, el del gesto», apunta Olmo, que está de acuerdo con que «una imagen vale no mil palabras, pero sí unos cuantos cientos». Y tras esta sentencia una anécdota más: «Para publicar fuera de España sólo me pedían una cosa, que no hubiera violencia manifiesta contra ningún animal. A Pepín ya podía pasarle lo que fuera, pero a los animales que dibujara junto a él no les podía suceder nada. Eso dice mucho de lo protegido que está el hombre en el mundo».
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