Entrevista a la escritora Alejandra Rico del Pozo
Miguel
Esteban-------¿Qué va a encontrar el lector en su
ultima novela?
Alejandra
Rico del Pozo------Mi último libro, que verá
la luz en cuanto sea posible una vez finalizado el estado de alar.a
por el COVID-19, es una antología de relatos cortos que caerían
dentro de distintos subgéneros de la fantasía. Son historias
independientes con una excusa común que da nombre al libro: "Al
borde de la estantería". Los ratones de biblioteca y los
cinéfilos encontrarán varios guiños a obras destacadas, que he
incluido a manera de pequeño tributo.
Miguel
Esteban--------¿Cómo
ha sido el proceso de creación de este libro ?
Alejandra
Rico del Pozo------Me gustaría poder decir que
ha sido todo muy sencillo, metódico y sin contratiempos, pero sería
mentira (y una aventura más bien mediocre, sin un solo elemento
emocionante que destacar). Ha sido un viaje complejo y algo
complicado; en ocasiones estuve tentada de dejar mis relatos en su
cajón y fingir que no los había escrito... Pero tenía la idea de
la antología tan clara que me era imposible no darle forma.
Por otra parte, ha sido un auténtico viaje en
el tiempo para mí, pues las versiones iniciales de algunos de los
relatos habían sido escritas por una versión de mí más joven e
inexperta. Aunque desde el punto de vista técnico esos borradores
necesitaban no ya un pulido, si no auténtica reescritura, debo decir
que el optimismo y la inocencia que desprendían me han arrancado más
de una sonrisa. Espero haber sabido conservar algo de esa luz para
que los lectores puedan refugiarse en ella en estos tiempos de grises
y sombras.
Miguel
Esteban--------¿Cómo
ve el mundo de la cultura en el mundo de hoy en día?
Alejandra
Rico del Pozo------Creo que el concepto de
cultura ha cambiado mucho en los últimos veinte años, y que eso en
sí mismo no es necesariamente malo. El salto digital es un asunto
muy complejo para el mundo literario, y mientras que los géneros
híbridos como el cine le están sacando un partido hasta ahora
impensable, la triste realidad es que a los libros de toda la vida
les está costa do un poquito más adaptarse al cambio. Es cierto que
vivimos en el mundo de lo inmediato, de lo fácilmente accesible, y
que eso distorsiona hasta cierto punto nuestra percepción de la
realidad.
Un asunto peliagudo es el del precio de la
cultura. Estamos en un momento en el que gastar cientos de euros por
un teléfono al que le vamos a sacar solo un par de años de
rendimiento nos parece aceptable, pero invertir veinte en un libro
que nos acompañará durante décadas (un libro que pueden heredar
nuestros hijos, y hasta los hijos de estos, si es bien tratado), nos
parece caro. Hemos perdido de vista el hecho de que la producción de
un libro impreso sigue siendo un proceso principalmente artesanal en
el que las máquinas solo pueden hacer tareas muy concretas, y ello
hace que nuestra percepción del valor de ese producto final, el
libro encuadernado, no sea justa.
No obstante, tengo fe. En la Facultad de
Filosofía y Letras, uno de mis profesores favoritos dijo una vez que
el libro impreso nunca desaparecerá porque erigimos auténticas
catedrales para nuestros libros. Quiero creer que es verdad, que las
bibliotecas representan una faceta de nuestra sociedad que nunca
podrá desaparecer. Solo tenemos que recuperar la perspectiva.
-Miguel
Esteban-------Si
pudiese cambiar algo en este mundo a través de sus libros , ¿qué
sería?
Alejandra
Rico del Pozo------Creo que siempre he escrito
para hacer del mundo un lugar mejor. Aunque no pueda acabar con los
problemas empíricos de la humanidad (guerra, hambre, superpoblación,
enfermedad, etc.), sí creo poder contribuir a curar la parte
emocional, la espiritual. Si alguno de mis libros puede ayudar
siquiera a una persona a sentirse mejor, o a desarrollar su empatía,
creo que todo el trabajo que hay detrás habrá merecido la pena.
Miguel
Esteban-------¿Cuál
es su récord de tiempo escribiendo del tirón?
Alejandra
Rico del Pozo------Creo que mi sesión más
larga duró algo más de catorce horas. Recuerdo que me bebí casi
tres litros de agua (siempre tengo una botella grande de agua a mano)
y que no comí nada durante casi veinticuatro horas... Porque me fui
a la cama según bajé la tapa del portátil. Fue una buena
sensación, sentirme productiva e inspirada durante tanto tiempo (y
hubiera seguido de no ser por el sueño, que hizo que las letras
empezaran a desdibujarse), pero tengo claro que no fue mi mejor
momento al teclado. Creo que es mejor media hora brillante que doce
aceptables... Aunque está claro que los raptos largos de inspiración
pueden hacer avanzar mucho la historia.
Miguel
Esteban-------- ¿Qué
hace cuando se atasca escribiendo?
Alejandra
Rico del Pozo------No me ocurre a menudo una vez
tengo empezada la historia (gracias a Dios), soy más proclive a
sufrir el típico bloqueo de la hoja en blanco. Me suele funcionar
dejar la historia macerando en segundo plano mientras hago algo que
me divierta y estimule mi creatividad. A veces leo, otras prefiero
arreglarlo con unas cañas en buena compañía, y otras me decanto
por el cine. Depende un poco de cómo me sienta; creo que cuando me
bloqueo es porque mi cerebro intenta avisarme de que estoy siendo
negligente con alguna parte de mi vida. Intento darle lo que me pide
para poder seguir avanzando.
-Miguel
Esteban------¿Qué
sacaría de su casa en llamas?
Alejandra
Rico del Pozo------Suponiendo que mis dos gatos
y mi dogo alemán ya estuviesen a salvo, trataría de sacar la cámara
de fotos antigua de mi abuelo y mis libros firmados por Patrick
Rothfuss.
Miguel
Esteban--------¿Con
qué tres adjetivos le describiría su lector ideal?
Alejandra
Rico del Pozo------Curioso, vivaz, intrépido.
Miguel
Esteban--------¿Cómo
se seintió la primera vez que le publicaron algo?
Alejandra
Rico del Pozo------Entre atónita, incrédula,
ilusionada y abrumada. Me parecía un sueño, y al mismo tiempo de
pronto fui consciente de que había una responsabilidad inesperada en
aquello.
Miguel
Esteban-------¿Algo
de lo que nunca hablaría en tus textos?
Alejandra
Rico del Pozo------Nunca digo "nunca"
en lo que a escritura se refiere. Procuro no abordar temas como la
violencia sexual, pederastia, mutilaciones, etc.; al menos de forma
directa, pero lo cierto es que hasta la fecha ninguna de mis
historias lo ha precisado.
Miguel
Esteban-------- ¿Con
qué personaje literario se identificaría?
Alejandra
Rico del Pozo------¿Solo uno? Hay tantos...
Elegiré tres. Auri, de "El nombre del viento", para mí
encarna una faceta importante de mi personalidad, quizás la más
vulnerable, aunque en ella radique a la vez una enorme fortaleza.
Rachel Morgan, de "Bruja mala nunca muere", representa esa
faceta de chica dura que puede con todo que aspiro a ser. Finalmente,
Hermione Granger, de la saga de Harry Potter, es ese ratón de
biblioteca, socialmente inadaptado, que es la base de mi
personalidad.
-Miguel
Esteban------- ¿Qué
libro poco conocido le gustaría que leyera todo el mundo?
Alejandra
Rico del Pozo------En el ámbito de la fantasía,
es curioso que cada vez que topo con algún libro poco conocido que
no ha despuntado pero me apasiona, termina por llegar a todos unos
años después. Aunque que se habla poco de "Las crónicas de
Belgarath" y de "Las crónicas de Mallorea", que
fueron sagas que hicieron mucho más interesante mi adolescencia.
Sí que me parece curioso que una autora tan
brillante y bien considerada en otros países como es Eva
Ibbotson en España tenga tan pocos libros traducidos. Me parece un
Miguel
Esteban--------¿Vino
o cerveza?
Alejandra
Rico del Pozo------Me agrada más el sabor del
vino, pero las cervezas me han regalado momentos inolvidables
(algunos de bordes un tanto difusos, eso sí) a los que no querría
renunciar, de modo que ambos. No sé qué pido ocurrir para que
ninguna editorial española diese al grueso de sus novelas una
oportunidad.
Miguel
Esteban--------¿Escribe
de noche o de día?
Alejandra
Rico del Pozo------De noche, y puedo
seguir hasta el mediodía si no me ando con cuidado.
Miguel
Esteban--------¿
Y por ultimo .Cuál ha sido su mayor fracaso?
Alejandra
Rico del Pozo------Diría que no creo en los
fracasos tanto como en las oportunidades de aprendizaje. No supe, por
inexperiencia y quizás una idea algo romantizada del mundo
editorial, dar a mi primera novela suficiente difusión para que los
lectores potenciales pudiesen saber de su existencia. Creo que eso me
ha preparado para hacerlo mejor en esta ocasión.
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