Juan Campal---¿Te apetece un gin-tonic?, pero otra vez será.


                                                              Juanmaría G. Campal

es escritor y columnista semanal en La Nueva Crónica de León, y colabora con entrevistas y reportajes en La Crítica de León. Como narrador, y también como poeta, ha publicado Soledades y otros relatos cortos, caóticos y casuales (1996), Dos mujeres y un magnolio (1999), Justas, necesarias, tardías palabras, en Palabras con ángel (2008), Escritos con Lara al fondo (2009) Textos al aire(2010) y Pliego de quebrantos en reglones cortos, en Tres voces, tres mundos (Poemas) (2014).
Ha participado en las siguientes obras colectivas: Ágora de la Poesía (2014), 24 horas (2015), Poemas por Vidas (2016) y Cuento cuentos contigo/Historias para hacer historias (2016).







Miguel esteban-- ¿Podría usted contarnos un poco de su vida y actividad literaria?



Juan Campal---Me nacieron en Oviedo, allá por el mes de abril de 1954 y, en la infancia, que no es mi patria, aún me pregunto si fui inconsciente o feliz o las dos cosas; infeliz, desde luego, no.
Mi vida profesional, salvo una corta e imprescindible experiencia en el sector privado, ha estado ocupada en la función pública, principalmente como personal de administración y servicios de las universidades de Oviedo, hasta 1980 y de León desde julio de ese año.
De la escritura podría decir que siempre he sido amigo, aunque no comencé a tomármela, digamos, en serio hasta los años 90, siendo mi primera publicación de 1996 y aquí sigo de “incansable aprendiz de escribidor”.



Miguel esteban-- ¿Cuáles fueron los primeros autores que le influyeron?



Juan Campal---Antes que los autores estuvieron los ejemplos de lectores -mi padre, un amigo, Fernando,  de infancia y juventud- y los profesores que durante el bachillerato y, aún a pesar de ser yo mal estudiante, me descubrieron el valor de la lectura y la reflexión sobre ella.
Citar a algunos autores sería omitir a otros, de lo que, a la vuelta, podría arrepentirme. Permítame refugiarme en Cervantes y repetir esa sabia frase, repetida por Cervantes y también atribuida a Plinio el Joven y a Plinio el Viejo, de “no hay libro tan malo, que no tenga alguna cosa buena”.



Miguel Esteban-- ¿Cómo definiría a sus novelas?



Juan Campal---Sólo tengo publicada un texto al que califican de novela, pero digamos que mi escritura es principalmente intimista, aunque tenga también algunos renglones cortos -a los que dicen poesía- que podrían ser calificados de sociales.
A mí me corresponde o gusta escribir, definir mi propia escritura no es cosa que me ocupe, ni creo deba ocupar, tiempo, para eso también hay aficionados y profesionales.



Miguel Esteban-- ¿Cree que el escritor “evoluciona” en su escritura?



Juan Campal---Creo que el escritor se hace leyendo y escribiendo. ¿Evolucionar, en qué sentido? Hay personas -y los escritores o aprendices de tal, como es mi caso, no somos casta aparte- que evolucionan y otras que involucionan. Personalmente prefiero tanto en mi pensamiento como en mi escritura evolucionar.



Miguel Esteban-- ¿Cómo ha cambiado su lenguaje a lo largo de los años?



Juan Campal---Creo que, por la acumulación de lecturas, ha mejorado, mejor, se ha enriquecido.



Miguel Esteban-- ¿Cómo siente que un escrito está terminado y cómo lo corrige?



Juan Campal---En mi caso, creo que es el corazón el que me dice “ya está”, aunque, cuando por alguna circunstancia releo, incluso lo publicado, si pudiese aún lo corregiría más. No soy hombre de grandes certidumbres, habito la duda permanente, cómo no, hasta de mí mismo.



Miguel Esteban-- ¿Cuál es el fin que le gustaría lograr con su escritura?



Juan Campal---Siendo sincero, primero, expresarme, segundo, lo que ya sería premio, ayudar a entender o aliviar la existencia de alguna de las personas que me lean.



Miguel Esteban-- ¿Qué lugar ocupa, para un escritor como usted, las lecturas en vivo?



Juan Campal---Creo que son toda una enriquecedora experiencia de acercamiento a las posibles personas lectoras.
Como lector me encantan porque me ayudan a atesorar la voz y cadencia de los autores a los que escucho.



Miguel Esteban-- ¿Qué opina de las nuevas formas de difusión de la palabra, ya sea en páginas de Internet, foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs, etc.?



Juan Campal---Como para mí escribir es compartir. No pretendo más que comunicar y enriquecerme de las posibles opiniones y críticas de quienes me lean. Pero esto de los parabienes y mordacidades, no siempre son fiables, los unos, ni se dan en vivo y en directo, las otras.
Bueno, si los derechos de autor me cubren, al menos, los gastos de tinta de la impresora, no me voy a quejar, conste.



Miguel Esteban-- ¿Podría recomendarnos una novela de otro autor que le haya gustado mucho?



Juan Campal---Uno de los textos que más me ha gustado estos últimos años ha sido “Visión desde el fondo del mar”, de Rafael Argullol. Y vuelvo a lo de antes, al decir uno, ¿cuántos silencio?



Miguel Esteban-- ¿Qué libro está leyendo en la actualidad?



Juan Campal---Releo los “Ensayos completos”, de Montaigne, y leo “La penúltima bondad”, de Josep María Esquirol.



Miguel Esteban-- ¿Qué consejos le daría a un joven escritor/escritora que se inicia en este camino de la literatura?



Juan Campal---Que lea, lea y lea y que escriba, escriba y escriba.




Miguel Esteban-- ¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?



Juan Campal---Usted lo ha dicho, industria. Ya hasta se habla de industria cultural… qué quiere que le diga. No vamos a entristecer esta entrevista ahora, verdad.
No obstante, sería injusto no mencionar el caso de pequeñas y medianas editoriales, verdaderas heroínas del sector editorial.



Miguel Esteban-- ¿Cuál es la pregunta que le gustaría que le hubiera hecho y no se la he hecho?



Juan Campal---¿Te apetece un gin-tonic?, pero otra vez será.



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